Respuesta a la Presidenta de la SEPSM a su artículo lleno de bulos.
Estimada Presidenta de la SEPSM, señora Marina Díaz Marsá:
Ya que en su último artículo me nombra toda escandalizada, sin decir mi nombre claro, y por alusiones le voy a contestar punto por punto a su artículo que no tiene desperdicio la verdad.
En primer lugar que una activista en Salud Mental colabore con el Ministerio de Sanidad no debería ser motivo de escándalo, sino una señal de que la democracia ha llegado al Ministerio de Sanidad. Soy formadora desde la experiencia en primera persona, sí.
Y no soy la única colaboradora del Ministerio, que por primera vez se ha reunido con nosotros (con activistas de toda España, no sólo conmigo), para escuchar nuestras necesidades y reivindicaciones. Imagino que entenderá usted que es algo muy lógico que el Ministerio se reúna con los afectados y con los que acumulamos una serie de conocimientos que ponemos a disposición de las autoridades sanitarias.
No se preocupe tanto, lo único que pedimos es que se respete la Convención de Derechos humanos de personas con discapacidad, a la que España se adhirió en 2008 y que a día de hoy sigue sin respetarse. Le puedo pasar el informe del relator de la ONU para que pueda leer lo que se pide a España, sobre prevención de tortura y participación de las personas con discapacidad en las políticas. Seguro que le resulta muy interesante.
El movimiento de Supervivientes de la Psiquiatría (la corrijo, que no de los psiquiatras, lo personaliza usted mucho todo), surge de las vulneraciones de Derechos Humanos en Salud Mental. No sé si recuerda usted a Andreas González que murió después de 75 horas atada en una unidad de Psiquiatría por una meningitis, nosotros no la olvidamos, y lamentablemente no es la única. Como usted sabrá, aunque se haga la sueca, en muchas unidades de Psiquiatría no se respetan los derechos fundamentales de las personas con sufrimiento psicosocial. Esta es una realidad que sigue sucediendo, es una lástima que todo esto no le escandalice más que que haya personas que se autodefinan como supervivientes de la Psiquiatría.
Todas las cosas que yo dije el día de la presentación del Comisionado de Salud Mental son ciertas: la polifarmacia mata, los tratamientos por encima de ficha técnica son peligrosos (por eso es necesario un consentimiento informado, que no se cumple). No lo digo yo, lo que dije lo avalan muchos estudios, que ya sé que no le gustan porque no defienden sus intereses.
También sé cuál es su juego que es desprestigiarme, para atacar al Ministerio de Sanidad, porque de política se tratan sus cartas, no soportan la posible pérdida de su poder hegemónico con un Ministerio que incorpora otros paradigmas más allá del biologicista. Pero es que su paradigma no recupera a las personas, las cronifica, y no tiene en cuenta la realidad que vivimos las personas con gran sufrimiento psíquico. Por eso es necesario incorporar otros marcos.
No se preocupe que tengo las espaldas muy anchas, que sus ataques me resbalan, soy una profesional que cada uno de sus días trabaja por el reconocimiento de la dignidad de nuestro colectivo y porque la sociedad cambie, tengo un gran recorrido y nombre propio, lo digo porque no paran de hablar de mí sin decir nunca mi nombre y ya que me interpelan entiendan que soy un sujeto, no un objeto al que utilizar en su barro de pugna política.
Defender la mínima dosis posible, mínimo tiempo posible y siempre con el consentimiento de la persona, es la recomendación de cualquier tratamiento farmacológico. Los fármacos no son inocuos. Y es lo que yo siempre he argumentado.
Por otro lado su artículo no hay por donde cogerlo, no es cierto que usted defienda un enfoque biopsicosocial, se sube a ese carro porque lo sólo bio ya no es políticamente correcto. Lo entiendo ya que su asociación está ampliamente patrocinada por la industria farmacéutica y tienen muchos conflictos de interés.
Si defendiera un enfoque biopsicosocial no escribiría artículo tras artículo negando los determinantes sociales de la salud mental, no negaría lo que dicen todas las estadísticas sobre la relación entre pobreza y, ante los mismos síntomas, doce veces más posibilidades de tener un diagnóstico de esquizofrenia. Por cierto que el paradigma de determinantes sociales de la salud mental tiene mucho más evidencia científica que el suyo, que a día de hoy no ha demostrado sus teorías.
Otro de sus modus operandi clásicos es apropiarse de la Psiquiatría, porque ustedes son los psiquiatras y la Psiquiatría, y eso sabemos que es una falacia señora Marsá, representan a la Psiquiatría Biologicista, no son la Psiquiatría.
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