La decadencia de la Psiquiatría biologicista y el auge de las voces en primera persona

 



El barco que aparece en la foto es ese bote de la Psiquiatría biologicista, que navega a la deriva, solo en medio de las olas, que somos las voces en primera persona gritando otra realidad.

Sólo que esa foto está escondida para la sociedad que les ha comprado sus verdades, esas que nunca han demostrado

Parece que la sociedad duerme más tranquila si la "locura" afecta a unos pocas personas con desequilibrios bioquímicos, y no tiene que pensar en los daños emocionales que portamos aquellos sujetos con sufrimiento psicosocial.

Vamos a desmontar esas supuestas verdades, con información que he escuchado a psiquiatras, a los que respeto mucho, de la Asociación a la que tengo el orgullo de pertenecer: la Asociación Española de Neuropsiquiatria.

Empecemos por el "gran" libro de los diagnósticos, digo "gran" porque es enorme, ya que en los últimos 50 años los "trastornos" se han multiplicado por 4. Ya estamos en más de 500.

Ese manual que hace que se nos llame esquizofrenicos, bipolares, tlps, gran reduccionismo que etiqueta a una persona y degrada su condición de ciudadano a la de enfermo mental.

Ese libro supuestamente "científico", que curiosamente no tiene ningún tipo de referencia bibliográfica y que es un acuerdo de supuestos expertos que,  también curiosamente, todos tienen conflictos de interés con la industria farmacéutica. 

Veis que todo es muy intrigante, en este asunto de los diagnósticos, sobre todo porque en la mayoría de casos hay asociada una medicación, y una gran beneficiada: la industria farmacéutica.

No es un dato baladí que España sea el país que más psicofarmacos consume del mundo, habéis leído bien: del mundo.

Así que el destino de muchas personas, está en manos de unos señores,  que lejos de un supuesto cientificismo falso, enriquecen las arcas de la industria.

Porque llevar una etiqueta diagnóstica de este calibre no es sin consecuencias: tanto subjetivas como sociales.

Por estas razones en el colectivo de personas con sufrimiento psíquico decimos: DESEMESUERTE.

Sigamos avanzando un poco, porque seguimos con información importante: La Psiquiatría biologicista nunca ha demostrado sus hipótesis.

Y el último metanalisis, que sí es un estudio científico, desvela esta realidad.

En sus conclusiones dice:

Ningún paciente diagnosticado de depresión (sin medicación) tiene baja la serotonina.

Ningún paciente diagnosticado de psicosis (sin medicación) tiene baja la dopamina.

Entonces ¿ Los fármacos qué vendrían a regular? ¿Qué ocurre si no hay desequilibrio bioquímico?

Asumamoslo ya: El biologicismo en Psiquiatría es una estafa. La publicidad de Prozac, cómo esa pastilla de la felicidad, hizo muy bien su trabajo .

¿Dónde queda entonces la función de la Psiquiatría?

Pues claramente en la función de aliviar el sufrimiento de una persona, cuando éste es muy intenso, el sujeto lo necesite y así lo desee.

Siempre con la mínima dosis posible y el mínimo tiempo posible. 

Siempre con consentimiento informado de efectos secundarios a corto, medio y largo plazo.

Siempre respetando la decisión de la persona, ofreciéndole todas las formas posibles de tratamiento de manera veraz, para que pueda tomar una decisión lo más informada posible.

Vamos, lo que recoge la Ley de Autonomía del paciente, que tan poco se respeta en general. 

Los psicofarmacos no curan nada, deberían ser una muleta, durante un tiempo, para poder sostenernos mientras elaboramos las causas de nuestro sufrimiento.

Porque por mucho que aspiramos a encontrar una pastilla que borre el dolor humano, nunca la vamos a encontrar.

El dolor es consustancial a nuestra condición, aunque todos no son iguales, ni mucho menos.

No hay ni habrá ninguna pastilla, que borre las huellas en el psiquismo del maltrato, los abusos sexuales en la infancia y tantas formas de violencia que hemos sufrido las personas con sufrimiento psicosocial.

Los fármacos no pueden tapar eso, sólo dormir el dolor, anestesiarnos a nosotras y a nuestras emociones.

Pero el trauma sigue en algún lugar, metonimizandose de un síntoma a otro, porque su verdad necesita ser escuchada, gritara si es necesario.

En momentos de crisis subjetiva los fármacos pueden ayudar a hablar a alguien, esa sería una gran función de los fármacos.

Pero no anestesiar a alguien para siempre, eso es sólo una función de control social.

Hay que cambiar este paradigma, queremos un modelo de cuidados, de escucha, de reconocimiento social de las heridas de las personas y que se deje de culpabilizarnos de nuestro sufrimiento.

Es urgente desechar estos discurso que tanto daño hacen y crear una nueva construcción social del sufrimiento psíquico. Y es una responsabilidad de todos.


Comentarios

  1. Interesante artículo. En mi opinión, esa "responsabilidad de todos" es, sin duda, la de la acción política!

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  2. Brutal realidad!! Anestesiar con medicación de por vida...dormirnos

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