"El sueño más antiguo" de Mar Benegas


 

 

Hace tiempo que quería hacer la reseña de uno de los libros que más me ha impactado de todos los que he leído en este año pasado que recién hemos abandonado.

Impactado por su belleza, pero también por su apuesta de llevar al territorio de la infancia la complejidad, ese entramado simbólico que el niño tiene que atravesar entre los 3 y los 5 años de edad: preguntarse y encontrar sus propias respuestas a las cuestiones fundamentales de la vida.

Porque decir que "El sueño más antiguo" de Mar Benegas, ilustrado por Javi Hernández y editado por Bulubú, es un libro sobre la muerte  sería simplificar mucho esta obra.

Muchas veces pensamos en la infancia como un territorio de felicidad, de inocencia, cómo ese lugar en el que el niño vive ajeno al mundo y a la dificultad de la vida.

Tratamos de acolchar y proteger ese supuesto mundo en el que está, quizás por el mero hecho de protegernos a nosotros mismos como adultos que no pueden acompañar esos procesos profundos en los que están inmersos.

Pero los niños, cómo ya nos decía Freud hace muchos años, ponen en marcha su pensamiento, ni más ni menos, resolviendo las preguntas que nos atraviesan a todos los seres humanos: preguntas sobre la existencia, el deseo, la sexualidad y la muerte.

¿Por qué estoy si podría no estar? ¿De qué deseo he surgido? ¿En realidad qué quiere el otro de mí? ¿De dónde vienen los niños? ¿Por qué mi cuerpo es diferente que el de los niños o las niñas? ¿Mi mamá y mi papá se van a morir? ¿yo también moriré?

Frente a todas estas preguntas tendrán que encontrar sus propias formas de responderlas, por eso en estas edades si somos capaces de escucharles sin censura, nos encontramos verdaderos filósofos, que interrogan, cuestionan y nos lanzan sus hipótesis.

Recuerdo a mi hija mayor que cuándo contaba unos tres años de edad pasó una época en la que tenía terror a ir al baño para hacer caca, lo evitaba y se ponía muy nerviosa. Enseguida me di cuenta que algo importante pasaba y le pregunté. Entonces ella me explicó que su temor se debía a que tenía miedo de ir al baño y que se cayera el bebé. Era ni más ni menos que su propia teoría acerca de dónde vienen los bebés, que no era otra cosa  que su intento de resolver la pregunta sobre la sexualidad. Hablamos y su conflicto se resolvió, era un avatar de su investigación.

Y si los niños están en estos procesos complejos ¿no será una función importante de la literatura poder acompañarlos, poder ofrecer historias que aborden lo que les está cuestionando, no para resolver sus preguntas sino para que no las transiten en soledad?

La respuesta de Mar Benegas es muy clara, ella que siempre se toma la infancia tan en serio nos ofrece esta joya llena de símbolos, cómo  una forma de contrarestar  esta versión simplificada y naif de la infancia que está por todas partes, sobre todo en el mercado, con un texto lleno de belleza y de honestidad.

Ahora viene el SPOILER. Porque me gustaría compartir en esta reseña no solamente mi reflexión sino también las de mis compañeros de los clubs  de lectura para personas adultas con problemas de salud mental en los que soy mediadora. De esta forma les quiero dar voz también a ellos y reivindicar este álbum para leer a cualquier edad.

Lo primero que nos presenta el libro es a sus dos personajes: la vieja y la niña. La vieja parece representar la muerte, nos llamó desde el principio poderosamente la atención que la muerte no sea representada por una fígura atemorizante, ni con esa forma  que está en el imaginario colectivo y que por ejemplo aparece en la maravillosa obra de "El pato y la muerte" del reciente y tristemente fallecido Wolf Erlbruch. Es simbolizada por una anciana.Mis compañeros no dudaron ni un instánte que esto es así puesto que la vejez representa la sabiduría, la experiencia, el tiempo ya transcurrido en la vida.

Así la historia nos cuenta que la muerte va a buscar a una niña, frágil tal y cómo como aparece en la portada. Aquí tampoco hubo discusión tenía que ser una niña porque es símbolo de la inocencia y la orfandad, de la fragilidad y el desamparo.

Algo le pesa a esa niña por eso tiene que partir de este mundo, sabe demasiado para continuar su viaje. Pero ¿qué es lo que sabe que le pesa tanto? Quizás perdió esa inocencia, quizás le pesan sus preguntas, aunque nuestra conclusión fue que lo que realmente porta es un exceso de sufrimiento, quizás un abandono o un daño irreparable ejercido por algún adulto. Se habló de la maldad que a veces los adultos ejercen sobre los niños, se nombraron los abusos sexuales que algunos niños sufren y que desgraciadamente es una realidad que está presente en la mitad de las mujeres que sufren problemas de salud mental.

Pudimos nombrar el miedo a la muerte, ese que nos atraviesa y nos hace pregunta a todos: niños y adultos. Un miedo que nos atenaza y nos angustia, a veces hasta llegar a la obsesión sin permitirnos vivir. Pero en realidad la vida y la muerte como nos cuenta Mar son un círculo, un cliclo, algo continuo, ancestral cómo esa vieja plagada de arrugas por las marcas de la vida.

El libro nos hace preguntarnos si nos vamos del todo cuándo nuestro corazón deja de latir y la respuesta es categóricamente no. Dejamos huellas en los otros, a veces buenas y otras malas. Pero aquí afirmaron tajantemente que las marcas que nos hacen perdurar son las que generan los buenos actos, porque los malos actos generan rencor y daños pero al final la persona que los ejerció cae en el olvido. La maldad es más efimera que el amor.

¿Cuál es el sentido de la vida nos hizo preguntarnos el libro? Cada uno nombró el suyo, pero todos estuvieron de acuerdo en que el sentido verdadero de la vida está en lo pequeño, en lo sencillo y que de ninguna manera son los "ideales" capitalistas que nos impone la época, cómo la competitividad y el productivismo que nos enferman y que en ocasiones llevan a las personas al suicidio, por segregación, por falta de apoyos, por soledad.

La sencillez cómo respuesta, cómo la de sostener a esa luciérnaga tal y cómo hace la niña. 



La pequeña a lo largo de la historia va soltando su angustia, según va pudiendo responder a todas las preguntas transcendentales acompañada de la muerte que la sostiene y la guía, y al final de la historia se siente libre y sin miedo para partir.

Cómo podemos ver en estas pequeñas líneas es un libro con infinitas posibilidades, tantas como los diferentes niveles de lectura que permite. 

Un libro para la infancia, sobre la verdad, sin ser ninguna pastilla pedagógica como decía Nostlinger, acercando una mirada poética y bella sobre la vida y la muerte para que los niños y las niñas puedan reflexionar, pensar, pensarse y nombrarse menos en soledad.

Un libro para cualquier adulto que quiera arroparse de belleza y de luz frente a lo oscuro que nos habita a todos.

En definitiva un libro valiente, imprescindible y necesario que os recomiendo leer, releer y tener cerca, porque necesitamos de su belleza y de su verdad para que este mundo tan hostil sea un poco más habitable.




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