Primeras palabras de mi curso "En propia voz. Acompañar la psicosis desde la mirada en primera persona"

En este post os quiero compartir las palabras con las que inicio mi nuevo curso "En propia voz. Acompañar la psicosis desde la mirada en primera persona".

   Un nuevo comienzo

Este curso, pretende acercaros una mirada desde dentro de la experiencia psicótica, no solamente mostrando los vacíos y los agujeros de esta vivencia, sino también las respuestas y el saber valioso que he ido atesorando a lo largo de los años y que a mí me ha servido no solamente para comprender lo que me pasa, sino también para construir una vida plena y llena de sentido.

Este material que ahora tenéis en vuestras manos es el fruto de muchos años de trabajo terapéutico, de una elaboración minuciosa de mi historia, es el registro de mis victorias y mis derrotas, de mis luces y mis sombras, pero sobre todo es el testimonio vivo de que el camino de la recuperación es posible y de que otra comprensión de la psicosis es imprescindible para cambiar el rumbo de las cosas.

Se muestra cada vez más necesario el incorporar las voces en primera persona a la construcción social de las formas de abordar el malestar psíquico. Es la única vía para diseñar equipos sensibles y humanos que puedan atender realmente las necesidades de estos sujetos sin dañarles, desde un entendimiento más profundo de lo que sienten y viven, pero sobre todo teniendo una mirada más desprovista de prejuicios y no tan teñida de la visión del déficit que tanto nos hiere.

También quiero aclarar que en ningún modo pretendo apropiarme de las voces de mis compañeros, cada una de las personas con psicosis somos diferentes y se hace muy necesario escuchar las distintas narrativas de la experiencia en primera persona.

Pero creo que este aprendizaje que os ofrezco puede ser extrapolable a otras vivencias, que mi posición privilegiada con una escucha psicoanalítica durante 27años, me ha permitido desarrollar esta profunda elaboración de los procesos y hacer una construcción consistente y precisa también de posibles soluciones.

Os invito a este viaje, a recorrer conmigo este sendero de sanación para mí pero que creo que puede ser también un alivio para vosotros, un faro para alumbrar vuestra práctica, unos ojos nuevos con los que mirar a las personas que acompañáis y una forma de humanizaros vosotros también.

Este camino pretende mostraros que nuestros mundos no están tan alejados, pero que se hace necesario tender un puente para comunicarlos, una vía nueva que nos aleje del malentendido profundo y de la falta de comunicación que sufrimos ahora.

No somos tan diferentes, tenemos los mismos anhelos que vosotros vivir una vida plena, aportar a la sociedad, ser entendidos en nuestra singularidad, ser mirados con comprensión, ser incluidos y no segregados.

Esta es la vía que os vengo a ofrecer, un lugar de encuentro y de comprensión mutua, tomando la voz para alzarla y para romper el silencio al que nos condena la sociedad. Abandonar el lugar que se nos tiene reservado, abandonar el “estar afuera” para reivindicar nuestra palabra, nuestra forma de entender el mundo y que esto os pueda servir para asumir nuestra diferencia de una forma más integradora y humana.