Visitas de autores a los Centros de Salud Mental como actos de justicia poética

                               Elisa Martín Ortega en el CSM de Moratalaz (Marzo 2021)


 

El proyecto de llevar la literatura a las personas con problemas de salud mental también incluye la participación de autores en nuestros encuentros.

Desde que iniciamos nuestra andadura hace cuatro años, han pasado por nuestros espacios las poetas Mar Benegas y Elisa Martín Ortega, el escritor Gustavo Martín Garzo, la narradora oral Lili Cuentacuentos y la editora de A buen paso Arianna Squilloni.

Estas visitas son una parte muy significativa de nuestra actividad por varias razones.

En primer lugar porque proporciona a las personas con sufrimiento psíquico que acuden a los clubs de lectura, experiencias culturales significativas que muchos de ellos no tendrían de otra forma.

Tenemos que tener en cuenta que muchos de estos profesionales del campo de la literatura son los autores de algunas de las obras que leemos y de esta forma la experiencia se vuelve más relevante.

En estos casos, dedicamos semanas a leer sus libros, para que de esta forma el trabajo previo nos permita interactuar más y conocer su obra.

De este modo se producen verdaderos encuentros, ellos conocen su obra, pueden hablar de ella, sintiendose más próximos a los creadores.

Todas estas visitas han tenido unos resultados excelentes, los participantes han mostrado un gran interés, han charlado con los autores, han compartido sus opiniones sobre sus libros y han disfrutado de las experiencias. Resultan muy llamativos algunos de sus comentarios, refiriéndose a lo bien que les hace sentir que estas personas tan importantes del mundo de la cultura se acerquen a sus centros, puesto que ellos perciben que la soicedad les deja a un lado y en estos actos ellos cuentan y son los protagonistas.

Es además muy rompedor acudir a un Centro de Salud mental a un acto cultural, además de que estos eventos suponen incidir en una majora en la calidad de vida de las personas con problemas de salud mental, puesto que repercute de una forma importante en su bienestar y en la forma que tienen de percibirse a sí mismos, generándose encuentros que tratan de romper las constantes desigualdades que sufren en su día a día. 

Pero estas oportunidades no solamente tienen impacto en los sujetos con sufrimiento psíquico, sino que también lo tienen en los propios profesionales del mundo de la cultura, convirtiéndose de este modo en acciones de lucha contra el estigma

Todos los profesionales que han acudido a los centros se han mostrado conmovidos por estas experiencias, y algunos de ellos me han reconocido que se habían roto algunos de sus prejuicios respecto al colectivo de personas con problemas de salud mental. 


                     
La poeta Mar Benegas en el Centro de Salud Mental de Hortaleza (Marzo de 2019)

 

Pero es mucho mejor que en lugar de mis palabras estén las suyas, para que podáis sentir la emoción que les embargaba después de estos encuentros.

Esto es lo que nos dijo la poeta Mar Benegas tras nuestro acto poético en el CSM de Hortaleza:

"Me ha pedido Silvia que os cuente mi experiencia compartiendo una mañana en el Centro de Salud Mental de Hortaleza donde ella es paciente pero también colabora llevando un grupo de lectura a los pacientes. Me invitó hace poco más de un año y para allá que me fui. La experiencia fue muy intensa a todos los niveles, a nivel humano sobre todo, y salí de allí con una visión muy diferente de esa parte de la sociedad que solemos ignorar e invisibilizar como todo aquello que no entra dentro de los parámetros de normalidad, o dentro de las etiquetas, o incluso dentro de las cadenas productivistas de este sistema y que solemos dejar debajo de la alfombra o mirar para otro lado. Ahora que estamos teniendo la experiencia con esta pandemia algunos de estos colectivos siguen siendo de nuevo otra vez los más vulnerables y los que menos queremos mirar, ya sean los ancianos, los niños o los pacientes de salud mental.
Por eso creo que dentro de mi "normalidad", a pesar de que soy una persona sensible a estos colectivos más vulnerables, nunca había tenido un contacto tan directo y tan iluminador como fue este encuentro. Lo que me encontré allí fueron personas maravillosas, la sala estaba llena, y como digo fue una experiencia transformadora en cuanto a mi visión y mi forma de acercarme, o de pensar, o repensar este colectivo. La respuesta fue maravillosa, estuvimos una hora larga, escuchando, hablando. Mucho antes de comenzar ya estaban allí los pacientes, vinieron también profesionales, pero me quedo sobre todo con la esperanza que se despertó tras este encuentro y de qué forma los pacientes vinieron, se acercaron, me hablaron y me dijeron que se sentían agradecidos.
Una de las cosas que más me llamó la atención fue precisamente el comentario que repitieron varios de ellos cuando vinieron a hablar conmigo. Me repetían la generosidad de haber ido a leerles, que era algo que nadie hacía, de haber ido a compartir mis palabras y haber estado allí leyéndoles mis poemas y hablándoles de lo qué es para mí la escritura.
Creo que es una de las cosas más significativas de lo que sucedió allí, y que me hizo ver de qué forma la sociedad digamos "normalizada" o con esta etiqueta de lo que es normal llega a invisibilizar a un colectivo vulnerable y tan necesitado también, como cualquier otro, del arte, de la cultura, de la palabra, de los libros. Por eso cualquier acción, cualquier acto que genere un vínculo con este lenguaje, con el lenguaje poético, el lenguaje literario, con la ficción y con la posibilidad que lleva de ver la realidad desde otro lugar, esa capacidad transformadora que tiene la ficción y lo poético. Creo que es necesario e imprescindible que estos clubs de lectura, que estos encuentros estuvieran to-talmente normalizados y que fueran una forma de flujo relacional entre ellos y "los normales", que existiera un vínculo real, esto nos haría dejar de verlos desde esa otra perspectiva que es desgraciadamente la que en general la sociedad tiene, esta mirada estigmatizada o estigmatizante más bien. Para mí fue una experiencia preciosa, creo que por lo que me ha llegado después para ellos también, y espero y confío en que se siga dando y que se facilite, que suceda más veces y que siga existiendo este flujo y esta forma de dar y recibir palabra, lenguaje, mirada atenta, escucha y contacto."


                     
Gustavo Martín Garzo en el Centro de Salud Mental de Hortaleza (Noviembre de 2019)


Esto es lo que nos dijo el escritor Gustavo Martín Garzo después de nuestro encuentro en el CSM de Hortaleza:

"Quiero hablar de mi visita hace ya unos meses al Centro de Salud mental de Hortaleza. reconozco que cuando me invitaron a ir a este centro tuve mis temores porque no sabía muy bien qué podía decir a las personas que podía estar allí escuchándome, fui con un cierto temor, como digo, pero ese temor desapareció en el momento en que llegué a aquel lugar y entré a la sala donde un grupo de enfermos y de médicos y enfermeras estaba allí dispuestos a escuchar lo que yo iba a decir. 

Había pensado una serie de cosas pero decidí empezar a hablar de una manera improvisada a partir de lo que en aquel momento podía sentir. Siempre hablar es algo que me suele gustar y me gusta hacer teniendo en cuenta el lugar en el que estoy, mirando a las caras que me estaban escuchando. Es como si esas caras llenas de interés y de expectación que recordaban un poco el asombro de los niños y la expectación de los niños ante todo lo nuevo, me autorizaran a decir cualquier cosa con el sentimiento de que todo lo que fuera a decir les iba a interesar, les iba a gustar.
Y así empecé a hablar, empecé a hablar de los libros, de la literatura, de lo que era para mí escribir y enseguida percibí como ese interés en el que había creído desde el primer momento era un interés real que se intensificaba a medida que la charla continuaba. Lo que luego comprobé, al terminar el turno de preguntas empezaron a preguntarme un montón de cosas acerca de las cosas de las que yo podía haber estado hablando.
Luego cuando reflexioné sobre todo lo que había pasado, en el fondo me pareció lo más natural que podía suceder. Porque la literatura en el fondo no tiene mucho que ver con lo que piensan y con lo que les pasa a las personas que llamamos "normales", la literatura siempre habla de la parte escondida, habla de nuestros sueños, habla de nuestros anhelos, habla de todo lo que deseamos tener y no tenemos. Y también tiene un poco que ver con la extrañeza respecto al mundo en el que nos encontramos. La literatura siempre surge de una herida, y aquellas personas que me estaban escuchando eran personas llenas de problemas, personas donde había una herida, una herida que tenía que ver con la propia condición humana. Entonces en ese sentido hablar de un relato de Kafka, hablar de un cuento de los Hermanos Grimm, hablar de la obra de autores tan queridos como William Faulkner o como Henry James era algo que se daba en el espa-cio más natural que era aquel. Precisamente por eso, porque todo aquello de lo que hablan los libros es en el fondo de lo que es diferente pero a la vez de lo que es nuestro, hablan del conflicto, hablan de los problemas que tenemos para vivir, hablan de nuestros anhelos, de nuestras insatisfacciones. Hablan del corazón humano con todas sus contradicciones, con todos sus conflictos, con toda su búsqueda de la belleza y de la búsqueda del amor. Esa búsqueda de lo amoroso, esa búsqueda de la belleza en el fondo es la búsqueda esencial de la literatura y yo la percibí de una manera especialmente intensa en las miradas y en las actitudes de las personas que me estaban escuchando en ese instante. Personas que no eran en absoluto seres extraños, seres distintos, seres estigmatizados por algo raro que de pronto les había arrebatado parte de su condición humana, sino que eran como todos, como somos cada uno de nosotros, seres heridos, desorientados, perdidos en este mundo siempre anhelando una palabra de consuelo, siempre anhelando una mirada de amor, en definitiva.".


             Arianna Squilloni en el CSM de Hortaleza (Enero de 2020)

Ariana Squilloni, editora de A buen paso nos dijo estas palabras después de nuestro encuentro: "Querida Silvia, sabes que la experiencia del encuentro en el CSM de Hortaleza me dejó entusiasmada y es porque fue una experiencia de encuentro entre seres humanos alrededor de la lectura, alrededor de los libros, que es dónde como editora y escritora yo creo que se encuentra un poco la esencia de nuestro estar en el mundo, de buscar re-puestas a las preguntas que nos hacemos sobre la vida y el sentido de las cosas.
Y entonces fue un encuentro muy humano donde yo les contaba lo que hacía, cómo pienso los libros y cómo los hago, pero poco a poco veías cómo las personas que esta-ban alrededor de esta mesa, buscaban los puntos de contacto, de estos libros o de la reflexión que yo les proponía, con su vida. y entonces contestaban proponiendo ellos mismos una reflexión, una mirada novedosa tanto sobre el libro leído como sobre la vida. Me pareció un proceso muy enriquecedor y espero que lo fuera para las personas del Club de Lectura del Centro de Salud Mental de Hortaleza, para mí lo fue, fue una experiencia fantástica de intercambio humano. No importan las circunstancias o las condiciones individuales de cada uno, a través de estos libros acabamos hablando de lo que somos nosotros mismos y entendiéndonos un poquito mejor.
Era un club de lectura hecho a partir de Libros-Álbum, son libros con texto y con imá-genes, pero a menudo estos libros proponen también una encuadernación novedosa. Leímos "Un jardín" de María José Ferrada y fue fascinante cómo este elemento de ma-nipulación del libro, de desplegarlo, porque si quieres desplegarlo de pie no lo puede hacer una persona sola. Entonces tienes que pedirle a otra persona que te ayude a abrirlo, y se genera una cooperación y una gratitud, un instante de gratitud entre dos personas que se han ayudado a desplegar este libro, este objeto hermoso, para que todos los demás pudieran disfrutarlo. Se veía cómo a través de utilizar formatos parti-culares para contar las cosas se desarrollaban también nuevas ideas y reflexiones en un grupo de personas que probablemente no está acostumbrada a reflexionar sobre los libros, sobre el papel, sobre el formato y sobre la encuadernación y sin embargo en la experiencia directa, en el momento vivido sí que percibían que todo lo que se estaba contando en el libro, a través de su forma, de su estructura, de su manera de abrirse tenía algo importante que decirles. Esto me pareció maravilloso."

Creo que son tan emocionantes las palabras de estos grandes autores que no hay mucho más que añadir, llevar estos encuentros a las personas con problemas de salud mental es un enorme acto de justicia poética, es generar oportunidades, es en definitiva darles el lugar que les corresponde en la sociedad, el de sujetos de pleno derecho.

  

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