La violencia como causa de los problemas de salud mental en RNE

El pasado viernes el programa Tolerancia 0 de la mano de Patricia Costa nos ha ayudado a visibilizar que los problemas de salud mental grave tienen que ver con la violencia y el desamparo.

Aquí el programa completo: 

https://www.rtve.es/play/audios/tolerancia-cero/violencia-salud-mental-fundacion-manantial/6347528/

Frente a otros medios que nos estigmatizan como colectivo, RNE nos permite poner encima de la mesa una causa de nuestros traumas y nuestras heridas: el daño que nos han hecho, un lugar hacia donde la sociedad no quiere mirar. Porque tener un problema de salud mental es tener una herida irreparable.

Siento que gracias a ellos y a escuchar mi voz y mi testimonio, uno de tantos, hemos dado un pequeño paso contra el estigma social que agrava tanto nuestras heridas.

La violencia tiene muchas formas, yo padecí un rechazo familiar tan grande desde que tengo conciencia de existir que ya era una niña muy frágil, esa violencia me causó tanto daño, el no encontrar ningún deseo vital en el que habitar, el no encontrar ningún hueco para mí en el mundo era ya un agujero vital en el que me perdía.

Pero no fue la única violencia que sufrí, esa niña frágil y vulnerable que era, sufrió abusos sexuales en su infancia, tenía 11 años pero en realidad una madurez de 5 o 6 años, con lo cuál fue mucho más grave.

No pude elaborarlo, era imposible de elaborar. Así que en este segundo tiempo de mi psicosis mi cabeza se disoció creando dos Silvias y mi problema de salud mental ya en ciernes estalló y me condujo al más oscuro de los abismos.

Viví con la Silvia que no sabía lo que había pasado durante más de 30 años, sin conocer a la que escondía ese oscuro secreto, sintiendo un desamparo y una culpa terrible, me convertí en un fantasma que vagaba por el mundo sin brújula.

Cuando sientes que los adultos que te rodean no te quieren, el abuso sexual te confunde todavía más  y te culpabiliza al mismo tiempo. Porque a una niña tan triste que no siente el afecto de quienes debían de darselo (esa es otra vivencia de violencia) hay alguien que la abraza pero a la vez abusa de ella.

Te abraza y te hace daño, para mí a partir de ese momento la sexualidad consistía en que un hombre hacía daño a una mujer, de manera inconsciente claro porque para poder vivir tuve que negar esta escena y esconderla.

Gracias al Psicoanálisis pude recomponer el rompecabezas al que le faltaba una pieza fundamental y poder empezar a entenderme y a perdonarme.

Perdonarme porque estas escenas siempre te hacen culpable, es curioso que tengas que perdonarte algo que te hizo el otro, pero es así. Quizá poque yo anhelaba el amor (pero no de tipo sexual) y eso me hacía culpable, como si yo hubiera consentido aquello por el hecho de desear que alguien me quisiera.

Pero el abuso no es amor, es violencia disfrazada de amor, una de las peores por cierto, y más si eres una niña pequeña que no entiende nada de lo que ocurre, sin ningún recurso para elaborar aquello.

Disociarse es algo muy terrible, y es lo que me pasaba cuando tenía crisis, cuando sufro violencia me disocio, el yo se divide y no creo que haya algo más doloroso, esa hiancia entre yo y yo misma.

Hoy pienso que ya no me pasará porque las dos Silvias están unidas hoy, y he hecho un trabajo para integrarlas y asumir este trauma.

La psicosis no es una enfermedad, es una estructura que viene en tu auxilio, que es una defensa cuando la realidad te excede, un aliado para sobrevivir, un aliado que también te hace daño pero que el agujero de esa realidad que es inasimilable es mucho peor.

Así que hoy no me averguenzo de nada, el otro me hizo daño y yo me defendí como pude, a día de hoy sigo rescatando a esa niña que me salvó la vida, que fue tan valiente e inventó lo que pudo para sobrevivir. No creo que hubiera podido sobrevivir de otra forma

Todas las personas con psicosis somos supervivientes de violencia, esa es la realidad, pero es mucho más fácil pensar que estamos malditos por la biología, porque ahí no hay responsables.

No estoy diciendo con esto que sea estupendo tener esta estructura que a veces me ha hecho sufrir tanto, pero la necesité para sobevivir, así que no voy a permitir que nadie me culpabilice por ello y mucho menos que la sociedad me señale por tenerla.

¿Cuantás personas hubieran sobrevivido a este daño? Que el que me señale y me llame psicótica, o loca se haga esta pregunta. Veo mucho más valor en mis compañeros que en toda la sociedad junta, que no quiere saber sobre nuestro daño, y luego nos maltrata con sus diagnósticos y su estigma.

Sé que tengo una herida incurable, lo asumo con todo mi valor, pero sé que puedo encontrar un lugar para ella que no moleste a mi vida, que me tengo que cuidar más y que este dolor no desaparecerá nunca pero si se mitiga. Convertir el dolor en algo útil para la sociedad es una de las mejores cosas que he inventado. No me da miedo el dolor, pero trabajo cada día para darle un lugar digno alejado de la culpa y la vergüenza.


Frente a estos vínculos siempre hay nuevas oportunidades de ayudarnos a cicatrizar un poco, personas que nos ofrecen relaciones sanadoras, que nos dan una mirada diferente y lo ponen todo para acompañar nuestro camino, por muy dificíl que se nos presente. Esa mirada transformadora, esas compañeras que no te dejan abandonada y que te ayudan a reparar esos vínculos terribles, que te ofrecen su apoyo y sus herramientas para hacerte un lugar en el mundo laboral pero a tu manera, sin exigencias de adaptarte a lo que te enferma.

Eso es el Centro de Rehabilitación de Hortaleza para mí. Así de arropada me siento.

Mi psicoanalista me sostiene y me ayuda a coser mi herida, me hizo nacer como sujeto. Patricia, Susana y todo su equipo me han hecho sentirme valiosa y hoy poder ser Silviaenpropiavoz.

Me encontré con un Otro muy malo en mi infancia, pero hoy este Otro bueno gana por goleada.

Reparar el daño con buenos vínculos es el camino mejor de recuperación de las personas y el que no crea en la recuperación que se eche a un lado y deje trabajar a gente tan valiosa como este equipazo.

La recuperación pasa por cuidar, tratar bien, reparar, escuchar y ayudar a los sujetos heridos a encontrar su lugar en el mundo, cada uno el suyo.

A día de hoy y a pesar del daño que porto tengo más razones para dar las gracias que para odiar, amo la vida y a esta familia simbólica que me ha dado la vida.



 
 

Comentarios

  1. Me ha gustado mucho el programa y tu testimonio tan esclarecedor, que puede ayudar a much@s.

    Gracias por compartirlo. :)

    Un abrazo.

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